miércoles, junio 10

 

FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS DE ANÁLISIS DE COYUNTURA

Fundamentos Teóricos y Conceptuales.

Los fundamentos constituyen una escuela epistemológica y conceptual, es el modo de la realidad, los hechos, procesos, fenómenos y políticos. Primero debe reconocerse que el programa técnico y metodológico de esta propone conocer y develar los procesos, tendencias, ideas y fuerzas dinámicas que constituyen la política en su realidad objetiva en la sociedad actual. La ciencia política presupone una teoría realista del sistema político directamente apegado a la realidad, son procesos complejos e independientes de estudiar, de donde se derivan los procesos que estudia el investigador a la realidad política objetiva y simbólica.

Una de las tareas fundamentales de las teorías es analizar y comprender los procesos políticos en general, es la coyuntura en particular una de las dimensiones principales de su actividad profesional es comprender la realidad de los hechos políticos de las ciencias epistemológicas. El analista siempre debe tener presente que los hechos son fríos y duros.

Los procesos políticos no alteran el conocimiento politólogo de dichos procesos, son conexiones de los individuos que intervienen en los procesos políticos, habla de hechos objetivos o positivos. Se trata de una postura filosófica y epistemológica de la ciencia y el conocimiento que aborda la materia empírica de la realidad sobre la base de su comprensión interrelacional.

Desde la óptica realista, no solamente el criterio, son los hechos mismos, sino que el conocimiento parte de la realidad se eleva a la teoría para comprenderla, para verificar la validez de la teoría. Lo técnico argumenta la explicación de los hechos depende de los mecanismos objetivos y de los hechos reales.

Concepto de Coyuntura Política.

El concepto de coyuntura y de coyuntura política en particular se presta difícilmente al análisis realista de la Ciencia Política o de otras disciplinas de las Ciencias Sociales. Se trata de una noción que ha ingresado al lenguaje corriente y al uso intensivo en la opinión pública y en el espacio público, por lo que se aprehensión es siempre dificultosa.

Una primera aproximación epistemológica nos permite abordar la noción de coyuntura desde el punto de vista del tiempo. Así, coyuntura sería un momento determinado del tiempo político en el que se concentran ciertos procesos políticos.

Una segunda aproximación puede ser la de los acontecimientos, es decir la de los hechos políticos ordenados en una secuencia temporal consecutiva, de manera de darles la categoría de proceso político. Así entonces, una coyuntura sería una síntesis arbitraria de determinados fenómenos o hechos políticos interdependientes entre sí.

Según esta noción, cualquier conjunto de fenómenos políticos contemporáneos o concomitantes podría ser objeto de un análisis de coyuntura. De aquí deriva el carácter necesariamente artificial, artificioso del “corte” ejercido en el proceso político, para construir una categoría de análisis político a la que hemos denominado “coyuntura política”. Cuando sometemos al análisis de coyuntura a una determinada porción del proceso político, en realidad estamos operando un corte transversal a voluntad del analista, lo estamos “desprendiendo” de la secuencia de acontecimientos de la que forma parte, y la estamos sometiendo al rigor de ciertas reglas científicas y metodológicas en la forma de determinadas categorías de análisis.

En síntesis, podemos definir, desde una perspectiva realista, que la coyuntura política es un momento del proceso político en el que se sintetizan determinados hechos políticos interdependientes entre sí.
Por lo tanto, de esta definición propuesta resulta que para comprender y situar metodológicamente una coyuntura política, debemos entender primeramente qué es el proceso político.

El proceso político:
Las coyunturas se sitúan en un contexto mayor, estructural, sistémico: el proceso político. Es al interior del proceso político y de su secuencia temporal que tienen lugar las coyunturas o momentos críticos.

El proceso político se define como la secuencia de hechos políticos tal como sucede en la realidad en su interconexión e interdependencia.


Crisis y Crisis Políticas.

Todo proceso político y social está caracterizado por ciertos momentos en los que el sistema o las relaciones sociales existentes no pueden continuar funcionando tal como lo han hecho hasta ahora, porque se han acumulado una serie de disfunciones, tensiones y contradicciones. Esos momentos son las crisis, los que deben ser analizados tanto desde una perspectiva estructural, sistémica o institucional, como de la perspectiva de su secuencia temporal o histórica.

Uno de los rasgos más sorprendentes de toda crisis, es que con mucha frecuencia los propios actores involucrados no perciben claramente que se encuentran en una coyuntura de crisis.

Toda crisis es una coyuntura, pero no toda coyuntura es una crisis.

Una crisis se constituye en un momento en el que se sintetizan y se concentran la mayor parte de las tensiones y conflictos que se manifestaban tanto en la superficie como bajo la superficie de los acontecimientos que constituían el proceso político. En la secuencia de eventos que constituyen el proceso político, siempre se encuentran larvadas las condiciones y factores que pueden desencadenar unas crisis.

Por lo tanto, para comprender las crisis en general y las coyunturas críticas en particular, debemos tener en cuenta el factor azar: al interior de la compleja malla de interrelaciones e interdependencias que dan forma dinámica al proceso político en el tiempo y en el espacio, siempre se encuentran incubados aquellos factores cuya colisión va a conducir hacia una crisis.

Las crisis políticas pueden así definirse como coyunturas fluidas en las que se alteran los rangos de funcionamiento de los sistemas y las relaciones entre los actores componentes de un sistema.

La trayectoria de la crisis:
Toda crisis así como todo fenómeno político, sigue una trayectoria, es decir, una secuencia de acontecimientos interrelacionados entre los cuales existe generalmente una relación de causalidad, de manera tal que la forma cómo se manifiesta una fase, ello determina la forma cómo va a producirse la fase siguiente.

Para el mejor examen de las coyunturas de crisis, resulta conveniente y usual practicar un análisis de la secuencia de eventos que la constituyen.

La Ciencia Política moderna identifica a lo menos las siguientes fases consecutivas en toda crisis:

a) fase de acumulación de tensiones;
b) fase de desencadenamiento de la crisis y punto de no retorno;
c) fase de escalamiento y agudización de la crisis;
d) fase de resolución de la crisis.
De acuerdo con esta secuencia, la trayectoria general de una crisis es posible examinarla como una sucesión más o menos cronológica de los eventos.

Pero la secuencia de los eventos nada nos dice de los actores que intervienen en el curso de la coyuntura de crisis y del rol que tienden a desempeñar a lo largo de la secuencia.

En efecto, todo proceso político es siempre y en última instancia, un complejo juego de relaciones entre individuos, entre grupos, entre actores políticos, es decir, de actores sociales dotados de voluntad e intereses políticos, de manera que es su intervención, son sus prácticas las que determinan el curso de los acontecimientos.

En política y en particular en las crisis políticas, no son fuerzas ciegas ni instituciones anónimas las que intervienen y determinan el curso de los acontecimientos: son los actores políticos –siempre entendidos como actores programáticos, o sea dotados de voluntad de poder e intereses políticos- los que actúan o dejan de actuar, los que gesticulan y despliegan sus recursos en procura del logro de sus demandas y de sus intereses.

Otra cosa a estudiar, es el rol y la importancia que esos actores tienen al interior de una coyuntura determinada.

Aquí siempre hay que distinguir entre actores claves o determinantes y actores secundarios y lo que los diferencia es su respectiva capacidad de ejercer algún grado de influencia en el curso de los acontecimientos que constituyen la coyuntura en estudio. Del mismo modo, no hay que perder de vista que una coyuntura de crisis pueden tener uno o varios espacios o lugares donde los hechos suceden y donde la crisis se decide y se resuelve.

Pero, por lo pronto, incorporemos ahora a los actores políticos y sus respectivos roles. Pero además, para comprender una crisis o una coyuntura cualquiera, hay que situarla en el tiempo.


El Tempo de la Crisis.

Toda crisis es una secuencia de eventos, es decir, una sucesión temporal e interconectada de acontecimientos ejecutados por los actores que tienen lugar en un espacio determinado, en la forma de una cadena más o menos continua de sucesos.

Los tiempos en los que sucede la secuencia de los acontecimientos de la crisis, no corren a la misma velocidad que los tiempos en los que suceden los acontecimientos “normales” se acelera el ritmo del tiempo y se acelera la secuencia de eventos que comparten la crisis.

En el curso de una crisis política, social, internacional, los actores tienen la impresión de que existe una surte de aceleración del tiempo, como que los eventos se suceden a una mayor velocidad temporal, lo que no ocurre en los tiempos de no-crisis o de normalidad.

Esta aceleración del tiempo es real, es efectiva. Los actores involucrados en una coyuntura de crisis, la viven y sienten esa aceleración temporal, pero con frecuencia no saben manejarla, no conocen el impacto de la noción tiempo en el comportamiento de los demás actores. Algunos analistas y politólogos han podido afirmar en este sentido, que quién controla el ritmo y los tiempos de una coyuntura de crisis, está en condiciones de intentar manejar, controlar o conjurar una crisis; ello es medianamente cierto, ya que hay que analizar también el juego de acción y reacción de los demás actores involucrados.

Una de las características distintivas de las coyunturas de crisis es que el tiempo durante el cual ocurren, transcurre a un ritmo distinto del resto del llamado “tiempo normal”, y por eso se le denomina el tempo de la crisis, para referirse a un tiempo de ritmo distinto y de mayor aceleración en la ocurrencia y frecuencia de los eventos.

Esquemas para el Análisis de Coyuntura Política.

¿Cuáles son los factores que debemos considerar al analizar una determinada coyuntura?

¿Cómo guiarnos metodológica e intelectivamente al interior de una masa aparente e informe de acontecimientos, cómo distinguir los hechos principales de los fenómenos secundarios o de menor relevancia?

Criterios metodológicos
Al análisis de coyuntura adopta los siguientes criterios o reglas metodológicas para examinar un determinado fenómeno o proceso:

a) considerar cada hecho como un suceso siempre interrelacionado con otros fenómenos anteriores y contemporáneos;
b) leer el conjunto antes de interpretar un detalle, es decir, considerar siempre la secuencia de los hechos, en su continuidad temporal y su diversidad espacial, antes de pretender establecer una tendencia del conjunto de los sucesos;
c) distinguir los hechos de las palabras, es decir, guiarse preferentemente por una lectura de los hechos tal cual han sucedido o están sucediendo, y no según las declaraciones o la retórica de los actores involucrados;
d) leer los intereses en juego, de acuerdo a los hechos, a las conductas reales de los actores y no de sus declaraciones o gesticulaciones públicas;
e) incorporar la lógica acción-reacción, es decir, asumir siempre que a una acción o gesticulación de un actor determinado, se sucederá una reacción del actor contrincante;

La estructura general de la coyuntura:
Primero establecemos la línea o trayectoria general de los hechos y determinamos en que fase se encuentra.

En segundo lugar, establecemos la jerarquía de los actores involucrados:

a) actores principales o decisivos;
b) actores secundarios;
c) actores que empujan hacia el conflicto;
d) actores que intentan negociar; y
e) actores que pretenden generar un escenario de mediación.

En tercer lugar, describimos las acciones y gesticulaciones de los actores y su impacto sobre las decisiones y conductas de sus actores contrincantes. En cuarto lugar, comparo las declaraciones de los actores con sus conductas concretas y reales, de manera de establecer sus verdaderas intenciones.

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